Hola emprendedora del desarrollo personal.
Me alegra especialmente que te hayas pasado hoy por aquí.
Porque lo que tengo que contarte es de verdadero interés y valor para ti.
La anécdota que acaba de sucederme con un cliente hace apenas 1 hora, y que curiosamente tiene mucho que ver con el episodio de hoy.
Con lo que representa tu éxito pleno como emprendedora del coaching.
Déjame que te la cuente.
Hoy, este cliente, iniciaba su proceso de mentoría conmigo para lanzar su proyecto.
Como es habitual, hace unas semanas, mantuvimos una sesión de aproximación gratuita, para entender su punto de situación y corroborar si de verdad le podía ayuda con mis procesos.
En esta sesión previa adiviné una vocación clara sobre el que podía enfocar su proyecto y así se lo hice saber.
Invitándole a que iniciáramos el proceso centrándonos en esa vocación.
Pero optó por tomarme como mentor para enfocar su proyecto en una dirección distinta.
Ante lo cual, yo le di mi opinión, pero respeté su decisión.
Hoy, en nuestra primera sesión de mentoría, dedicada a hacer un análisis exhaustivo de la persona y el profesional. De su bagaje, objetivos, motivaciones personales y profesionales, me pareció responsable por mi parte volver a comentarle ese enfoque vocacional que adiviné en nuestro primer encuentro.
Aún así, parecía firme en continuar con su idea de proyecto adelante.
La sesión ha transcurrido con aparente normalidad, hasta que justo antes de despedirme, me hace este comentario:
“Perdona Rafa, antes de que acabe la sesión, me gustaría saber que supondría derivar mi proyecto hacia esa idea vocacional que he descartado.”
Además de arrancarme algo más que una sonrisa, por el momento “in extremis” de la sesión en que decidió compartir esa inquietud, me ha producido alegría por haberse escuchado.
Por haberse dado cuenta de que tenía que atender y darle una mínima oportunidad a ese pálpito que, por mucho que lo intente, late fuerte dentro.
Desde ese momento, en su cara se ha dibujado un gesto de desahogo claro, de relajación muscular.
Mi compañera de equipo Lola, como especialista en coaching somático, se hubiera percatado mucho antes que yo de todo lo que su cuerpo decía durante toda la sesión.
Como merecía la ocasión, he decidido alargar algo la sesión.
Invitando además a que participara en la sesión su mujer, porque sabía que era un pilar fundamental de su vida y de su posible apuesta por sacar adelante su pasión.
Una pasión que por cierto fue la que los unió como pareja.
Lo que les he transmitido a los dos, es lo que Lola y yo queremos transmitirte hoy:
- El éxito pleno es encontrar una idea de proyecto lo más alineada posible con tus valores, carácter y deseos.
- Escucharte de verdad, es fundamental para saber que tipo de emprendedora quieres ser.
- La urgencia por obtener un resultado es un factor fundamental que lo puede retrasar todo con decisiones equivocadas.
- El miedo es una constante habitual que tienes que aprender a manejar con herramientas como emprendedora, para no bloquearte.
- Tu herramienta fundamental para lograr el éxito es un buen acompañamiento.
- Tu proyecto, como tu casa, se empieza a construir por los cimientos y no por el tejado ( léase: redes sociales, publicidad, directos…) como hace el 90% de las emprendedoras del desarrollo personal.
De esto y mucho más queremos hablarte Lola y yo en este episodio que abordamos con la profundidad, el realismo, la honestidad y la claridad que requiere, en una decisión tan importante para ti como es lograr convertirte en una emprendedora del desarrollo personal con éxito pleno.
Estamos convencidos de que te encantará, pero sea como sea, háznoslo saber por favor. Para nosotros tu opinión es fundamental.
Y cuando termines de escucharlo, si quieres darle más sentido a tu proyecto y a tu vida, date una vuelta por aquí: Mentoría Emprender Con Sentido.
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